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¿Está averiado el turbo del coche? Claves para confirmarlo

turbo del coche

El turbo del coche es, sin duda, uno de sus componentes más importantes. De hecho, una avería en este elemento puede conllevar multitud de riesgos y una costosa reparación. Pero ¿cómo puedes saber si está fallando? Esta es la pregunta a la que vamos a dar respuesta en este post.

Qué es el turbo del coche

El turbo o turbocompresor es un sistema de sobrealimentación del motor. Lo pueden equipar tanto los coches de gasolina como los de diésel, si bien es cierto que es especialmente habitual en estos últimos.

En concreto, lo que hace el turbo de tu coche es comprimir el aire que es enviado hacia el motor. ¿El objetivo? Incrementar el volumen de oxígeno dentro de la mezcla con el carburante. Esto se traduce en una combustión más alta y, en consecuencia, en un notable incremento de la potencia.

La popularidad de este componente viene dada por dos circunstancias. La primera de ellas tiene que ver con los fabricantes, ya que a través de él consiguen reducir las emisiones de sus coches sin disminuir las prestaciones del motor. La otra está relacionada con los usuarios. Gracias al turbo, consiguen un par motor alto aunque la cilindrada sea baja.

¿Por qué puede averiarse el turbo del coche?

Un turbo averiado puede dar lugar a una factura de cuatro cifras al llevar el coche al taller. Para que te hagas una idea, el precio de este componente nuevo oscila entre los 800 y los 2000 euros. Si es de segunda mano o ha sido reconstruido, estará entre los 300 y los 600 euros. Como ves, son valores muy elevados a los que, además, tendrás que sumar la mano de obra del mecánico.

Aparte de saber qué es el turbo, debes tener en cuenta que se usa de forma constante a altas temperaturas, lo que provoca que esté sujeto a un gran desgaste. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se avería por una de estas causas:

  • Fallos en la lubricación. Son consecuencia de un deficiente mantenimiento del coche. Hablamos, por ejemplo, del uso de aceites de mala calidad, de la no revisión periódica de los filtros y de los niveles o de un mal funcionamiento de la bomba del lubricante.
  • Aceite en mal estado. Todos los lubricantes están pensados para ciertos tipos de motores y tienen una determinada vida útil. Esta se expresa tanto en kilómetros como en tiempo. Una vez superado uno o ambos límites, el aceite pierde propiedades y crea depósitos de impurezas en el cárter. Estos elementos, si llegan al turbo, pueden estropearlo.
  • Entrada de impurezas al turbo. Esta avería no solo puede venir provocada por un lubricante en mal estado. Piensa que el aire que comprime esta pieza procede del filtro de aire. Si este se encuentra sucio o viejo, no podrá retener las partículas convenientemente.
  • Posicionamiento inadecuado de las juntas de escape. Este es otro punto que debes considerar al realizar cualquier revisión periódica. Con el paso del tiempo y el uso, dichas juntas pueden desalinearse, lo que acabará provocando el mal funcionamiento del turbo.

Síntomas de que tienes el turbo averiado en tu coche

Un turbo averiado da una serie de señales a las que debes estar atento, ya que, cuanto antes detectes la avería, más barato te saldrá repararla. Los síntomas más frecuentes son estos:

  • El tubo de escape emite humo blanco o azulado. La turbina del turbo de tu coche gira, aproximadamente, a 200 000 r. p. m. Para hacerlo, es imprescindible que su eje se encuentre bien lubricado con aceite. El problema es que los casquillos que lo rodean suelen coger holgura con el paso del tiempo. Cuando eso sucede, la pieza pierde estanqueidad, lo que provoca que el lubricante entre al motor y forme parte de la combustión. ¿El resultado? Un característico color blanco-azulado emanando de la parte trasera del coche.
  • El coche da tirones o no acelera como antes. Las altas temperaturas que soporta el turbo pueden hacer que el electromecanismo que regula su funcionamiento se estropee. Esto provocará la acumulación de hollín procedente de la combustión en su interior. Con el paso del tiempo, notarás que no es capaz de ofrecerte la misma potencia que antes y que los tirones cada vez son más fuertes.
  • Silbidos procedentes del motor. Es posible que los manguitos y abrazaderas que se conectan con el turbocompresor se aflojen o sufran una fisura. En muchas ocasiones, resultan imperceptibles a simple vista, por lo que la única forma de detectar su presencia es afinando el oído. Esta es la avería menos grave y la que te costará menos reparar.
  • El motor suena como una aspiradora. El supuesto más grave de todos. Este sonido implica que el eje del turbo tiene tanta holgura que las aspas de la turbina están entrando en contacto con la carcasa. Teniendo en cuenta la velocidad de giro, no van a tardar en desintegrarse. Y, cuando lo hagan, van a parar directamente al interior del motor. Un desastre si no actúas a tiempo.

¿Qué hacer en caso de avería?

Es posible que, al leer lo dicho anteriormente, tengas más o menos claro que tu coche tiene el turbo averiado. Si es así, solo tienes dos opciones.

En caso de que el síntoma sea la emisión de humo blanco-azulado, pequeños silbidos o tirones, acude a tu taller de confianza. Es probable que la avería no sea grave, así que puedes conducir hasta su ubicación. Eso sí, hazlo a bajas revoluciones y sin forzar el motor.

En cambio, si el motor suena como una aspiradora, no lo vuelvas a arrancar. Llama a tu compañía aseguradora, pide que te manden una grúa y lleva tu coche al taller directamente. En este estado, si conduces, el coche puede acabar en el desguace.

Una vez que esté en el taller y el mecánico te dé un presupuesto de reparación o sustitución del turbo del coche, te tocará decidir. Puede que te salga rentable arreglar la avería, pero tal vez no. En este último caso, ponte en contacto con nosotros y descubre cuánto te damos por él.

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